Por Marcos Hernández García
Que tal mis estimados cuatro lectores, cuando saboreamos una tasa de café, quizás nunca nos hemos puesto a pensar sobre el trabajo que existe detrás de tan exquisita bebida; el esfuerzo y la dedicación que realizan trabajadores del campo, investigadores, transportistas, beneficiadores, torrefactores y comercializadores.
Al hablar de la producción primaria los cafeticultores se pasan un año cultivando el cafetal bajo el sol, la lluvia y el frío; realizan actividades que van desde las limpias para el control de la maleza, las podas, el aclareo de sombra, la fertilización, el control de plagas y enfermedades y por último la cosecha.
En nuestra Región la cosecha se realiza a mano y de manera selectiva, desprendiendo cada una de las cerezas maduras (fruto del cafeto en su grado óptimo de madurez de color rojo intenso que se asemeja a una cereza), evitando cortar los frutos verdes, tiernos, secos, semimaduros, hojas, ramas y cualquier otra impureza, que pudiera afectar la calidad del café en el proceso de trasformación. Al primer corte se le conoce como pepena, los cortes centrales como buenos o fuertes y al último como arrase. Cuando la comercialización de café se realiza en cereza, el productor una vez que terminó de cortar, tiene un periodo no mayor a 24 horas para que el café sea llevado desde la finca a los centros de acopio, compras de café o bien hasta los beneficios húmedos. El traslado se realiza en carros, burros, caballos, mulas y en el peor de los casos, el productor lo tiene que cargar y recorrer veredas, caminos lodosos, empedrados, bajan y suben cerros, cañadas y barrancas. En una ocasión tuve la oportunidad de presenciar como productores de la comunidad de Palo Gacho, perteneciente al municipio de Tepatlaxco, Ver., sacaban el café de la barranca del Río Jamada, desde un lugar al que ellos llaman La Playa, subían con un costal con 30 kg de café a cuestas por escaleras hechas con cables de acero de 15 y 30 metros pegadas al cantil y sujetadas a árboles ó postes de concreto, cuando llegaban a la cima, estaban bañaditos en sudor y con el corazón literalmente en la mano. Pese al trabajo que se realiza, la cosecha del café es una actividad que demanda mayores recursos económicos donde se estima que representa entre el 40 y el 60% de los costos de producción, demanda fuerza de trabajo, es una oportunidad para obtener ingresos importantes además de provocar la reactivación económica temporal de las comunidades cafetaleras. En el mes de noviembre del presente año, el café cereza cerró en $5.00 pesos el kg., esperando se mejore o por lo menos se mantenga el precio durante la cosecha 2008-2009, lo cual nos llena de alegría porque se ven incrementado los ingresos económicos de nuestros amigos productores, por la reactivación económica de nuestra región y por todo lo que se ocasiona el tener una buena cosecha con buenos precios.
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