Mensaje del Dip. Ulises Ochoa Valdivia al fijar la posición del Grupo Legislativo del Partido Nueva Alianza en la sesión de la LXII Legislatura del Congreso del Estado para el análisis del Plan Veracruzano de Desarrollo 2011-2016
Palacio Legislativo, Xalapa, Ver. 8 de abril del 2011
Con su permiso diputado presidente
Compañeras y compañeros diputados
Representantes de los medios de comunicación:
El Grupo Legislativo del Partido Nueva Alianza en cumplimiento del mandato legal y de nuestro compromiso con los ciudadanos veracruzanos que representamos en esta Honorable Soberanía, hemos realizado un análisis cuidadoso del que será el documento rector del accionar gubernamental en los próximos seis años en Veracruz.
Lo hemos hecho, contrastando el contenido, las directrices y estrategias que plantea el Plan Veracruzano de Desarrollo 2011-2016 con el propio diagnóstico y las propuestas que como fuerza política enarbolamos ante la sociedad y, desde luego, con las expresiones y demandas de la gente que en una gran mayoría no están satisfechas con su realidad cotidiana y aspiran de manera legítima a un estado mejor de cosas en su nivel de vida y en las perspectivas para el futuro inmediato.
Sabemos que el concepto de desarrollo es tan amplio como las expectativas de progreso de todos y cada uno de nosotros en los órdenes material y de bienestar colectivo, que llega hasta el terreno de la democracia, donde la participación del ciudadano es fundamental.
El involucramiento del ciudadano en los asuntos públicos y en su consentimiento al accionar gubernamental es lo que le da sentido al ejercicio de la política
Todos queremos un Veracruz con mejor calidad de vida, con más oportunidades para todos, con seguridad, con instituciones fuertes, con un una economía sana, con incentivos para la inversión privada, con legalidad y combate a la corrupción y la impunidad; donde el progreso social, educativo, cultural y económico sea la constante.
El Plan Veracruzano de Desarrollo 2011-2016 es un planteamiento que representa un enorme compromiso de orden institucional, que plantea un verdadero cambio hacia la sociedad y sobre todo, una gran responsabilidad ante las metas planteadas, muchas de ellas muy ambiciosas, pero que las entendemos como el compromiso político del gobierno que encabeza Javier Duarte de Ochoa ante el panorama adverso en que hoy se encuentra la entidad.
Desde hace décadas, pero con mayor fuerza en los últimos seis años, Veracruz muestra preocupantes signos de estancamiento económico. No somos una entidad que haya generado nuevas alternativas productivas, que haya mejorado la capacidad competitiva de su producción, que haya superado la pobreza estructural que lo caracteriza históricamente.
Nos hemos quedado en soluciones de corto plazo, donde el subsidio, y los programas asistenciales han sido las medicinas.
Los bajísimos resultados que alcanzamos en los índices de desarrollo humano nos retratan como una entidad en la que la pobreza es la nota distintiva y que afecta a prácticamente la mitad de la población.
Van algunos datos: De acuerdo con estadísticas oficiales, en Veracruz el 50 por ciento de la población, sobre todo en zonas rurales e indígenas, carecen de ingresos dignos y acceso a servicios de salud, educación y agua potable.
Uno de cada cuatro trabajadores gana hasta un salario mínimo, es decir, con 50 pesos diarios sostiene a su familia; dos de cada cuatro ganan hasta dos salarios mínimos, o sea, 100 pesos diarios
Veracruz es el cuarto estado de la República Mexicana con más municipios en extrema pobreza, pues 15 de los 155 que hay a nivel nacional se encuentran en el estado, esto como producto de la falla de los programas federales, estatales y municipales para abatir la pobreza, de la falta de una adecuada coordinación entre los órdenes de gobierno.
Veracruz el estado que registra mayor expulsión de mano de obra a nivel nacional. Por ese concepto se reciben mil 200 millones de pesos anuales de remesas, cifra que supera por mucho todo el monto de la cantidad invertida de la política social federal y estatal que se distribuye en la entidad. Se vive en muchos municipios de lo que envían los migrantes, lo que significa que esa ha sido en realidad la principal política social de facto, es decir la autoayuda en las familias, gracias a lo cual pueden sobrevivir.
Otro de los signos más evidentes del subdesarrollo económico del estado de Veracruz es la profunda desigualdad que existe entre las regiones y municipios que lo conforman. El progreso económico y el bienestar social se han concentrado en unos cuantos municipios, mientras que el resto vive bajo condiciones de atraso, logrando apenas reproducir el llamado círculo de la pobreza, circuito vicioso que reproduce e impide acabar con las causas que la generan.
Como han señalado algunos especialistas, la alarmante realidad nos dice que 2 por ciento de los municipios más ricos del Estado (que son 4 municipios) generan 35% del PIB estatal, mientras que, en el otro extremo, 40% de los municipios más pobres (83 municipios) contribuyen, apenas con 4% de la riqueza producida anualmente en el estado lo cual es verdaderamente alarmante.
La pobreza y el atraso económico en Veracruz están íntimamente relacionados con la capacidad financiera de los municipios para hacer frente a los retos del desarrollo. Esto significa que la forma en que se distribuyen los recursos financieros, a lo largo del Estado, tienen una influencia crucial sobre las desigualdades económicas y sociales que se observan en la entidad.
Los anteriores son solo algunos datos que nos permiten ilustrar el reto mayúsculo que enfrenta la actual administración
Por ello, de entre los contenidos del Plan, quizá lo más importante, a juicio de los legisladores del Partido Nueva Alianza, es el propósito gubernamental de erradicar en un 50 por ciento la pobreza.
Es una meta, ambiciosa por demás, pero que compartimos y que estamos dispuestos a apoyar impulsando las reformas que sean necesarias en el ámbito legislativo.
Como también estamos listos para sumar nuestra contribución a la construcción de un andamiaje legal que permita la consolidación de las finanzas estatales que sabemos enfrentan retos muy complejos, producto lo mismo de decisiones fallidas de política económica, laxitud en el manejo de la hacienda pública, un excesivo gasto público y de aspectos estructurales que se han agravado en el transcurso del tiempo.
Queremos, como nos dice el Plan Veracruzano de Desarrollo, que se fortalezca la capacidad del Gobierno del Estado para generar ingresos suficientes para financiar los programas gubernamentales; que se revierta la tendencia creciente del gasto público, principalmente en el rubro de gasto corriente, y que se atiendan los pasivos.
Las finanzas públicas sólidas son el único camino para promover la inversión productiva de la entidad y con ellas aumentar los índices de bienestar social y proyectar sobre bases firmes las políticas de desarrollo.
Esa solidez de la hacienda pública estatal solo será tal si atendemos al mismo o tiempo las causas que han debilitado las finanzas municipales, particularmente en cuanto al elevado endeudamiento de los ayuntamientos y su debilidad estructural para hacer frente a sus obligaciones y dotar adecuadamente los servicios que la ley le señala.
En ese sentido, consideramos oportuno el programa de ajuste que permitirá fortalecer el ejercicio fiscal de este año, por la vía de una racionalización y control del gasto. Es urgente que se recupere el orden de las finanzas públicas estatales.
Ningún proyecto gubernamental tendrá viabilidad si no toca ese aspecto nodal de la planeación del desarrollo: las finanzas sanas manejadas por un gobierno eficiente, sensible y con claridad en el rumbo. Un gobierno que de resultados, pero sobre todo que rinda cuentas. Confiamos en que el de Javier Duarte e Ochoa lo sea y no baje la guardia en el control y vigilancia estricta del adecuado manejo de los recursos públicos que son de todos los veracruzanos.
Estamos convencidos que el gobierno tiene ante sí el reto mayúsculo de conquistar la confianza ciudadana, de mostrar con los hechos que actuará sin demora en prevenir y, en su caso, sancionar las conductas irregulares de los servidores públicos.
Por eso, queremos un gobierno de Veracruz, como ha dicho el mandatario Javier Duarte, en el que rija el orden y la planeación, porque esa es la ruta que permitirá mediante la eficiencia, alcanzar la eficacia del gobierno.
Ya contamos con el documento rector de ese propósito. Ahora se trata de que todos participemos en la concreción de sus metas, de que estemos presentes en la evaluación del desempeño de quienes tendrán a su cargo la ejecución de los programas sectoriales, de que impulsemos el involucramiento de la sociedad en la fiscalización del Gobierno.
El Grupo Legislativo del Partido Nueva Alianza expresa su absoluta disposición a que todas las metas del Plan Veracruzano de Desarrollo lleguen a buen puerto, de que este documento que concentra las aportaciones de miles de ciudadanos se traduzca genuinamente en la carta de navegación de la administración de Javier Duarte.
Vamos a estar vigilantes de que la seriedad y el compromiso que expresa en sus páginas y que las estrategias y acciones que prevé se lleven puntualmente a cabo.
En esta hora compleja para la entidad, los veracruzanos esperan mucho de los tres poderes del estado y de las administraciones municipales. No les podemos fallar.
Los legisladores de Nueva Alianza haremos lo que nos corresponda para estar a la altura de ese reto. Es nuestra convicción y compromiso.
Que este Plan sea la guía para construir entre todos, desde nuestras responsabilidades y trincheras, el Estado próspero que queremos legar a las futuras generaciones.
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