Por Uriel Flores Aguayo
De las denominaciones que cada tres años se destacan en las campañas publicitarias de los ayuntamientos, tal vez la de” Xalapa bella” sea de las más afortunadas. Partiendo de que no debe ni puede ser una ocurrencia, una frase feliz, se puede desprender mucho de ella. Es de esperarse que se trate del título de una visión y un proyecto. Para nada me desagrada que se piense en mi ciudad y en mi municipio de esa manera, estética, siempre y cuando se supere la idea de que lo bello está en la superficie, en brochazos de pintura, y que a la forma se le enlace con el contenido. Lo bello de la ciudad debe estar en su rostro y cuerpo pero también en su cerebro y en su forma de ser; si es bella, inteligente, social, humanista y de legalidad, mejor.
Cada población, chica o grande, tiene su personalidad, lo que también se puede identificar como su sello; Xalapa no es la excepción. De nuestra historia, de qué hacemos y pensamos, de cómo nos relacionamos y de cómo preparamos nuestro futuro, resulta una personalidad xalapeña de terminada. En la actividad económica predominan los empleados públicos, los indispensables burócratas, complementándose con los que se ocupan en los servicios; del resto de actividades sobresale la omnipresencia estudiantil. Somos una ciudad con una sobresaliente infraestructura y actividad cultural, hacemos mucha política aunque casi siempre termina en grilla, con tamos con la más variada actividad periodística que pueda haber y, sin comparaciones odiosas, tenemos una seguridad pública promedio.
Cada vez hace más calor en Xalapa, por el cambio climático o la niña y el niño o la desforestación o la plancha de cemento, pero sobre todo por la inactividad de los ciudadanos y de las autoridades de todo nivel. Ante estos hechos consumados, alarmantes, la escases de agua y elevación de la temperatura, urge hacer algo; quieran o no, el Gobierno Estatal y el Ayuntamiento deben ponerse a trabajar al respecto, en forma rápida y eficaz, sin rollos y sin burocracia.
Se espera mucho de la presidenta municipal y el cabildo, consientes de los márgenes que les dejan los compromisos políticos y la presión de los grupos de interés. Una gran limitante de varios de los ediles es que no son producto de trayectorias ciudadanas y políticas de corte democrática, es decir, salen de la manga, del dedazo o de la trampa. En esas condiciones de falta de perfil profesional y político es muy poco lo que se puede esperar de ellos, quedándoles casi la única opción de calentar la silla y vegetar por tres años.
Para resolver cualquier problema municipal se requiere voluntad política, la cual implica conocimiento y decisión, aplicar las leyes sin excepción y ante poner el cumplimiento de las responsabilidades a las carreras partidistas. Pongo de ejemplo el trasporte público, desordenado y sucio en lo general, al que se le teme y favorece por razones económicas y políticas. Es indispensable, también, que la administración municipal aplique políticas públicas claras y efectivas, sobre todo con sentido social.
Un problema de Xalapa es su elite económica, poco emprendedora y de bajo perfil democrático; muy pegada al presupuesto público, cómoda, pedidora y escasamente recíproca. De los varios botones de muestra de esos pobres de ciudadanía tomo la declaración de un directivo de los transportes Banderilla, que dijo:” sí cambian su terminal de la calle de pípila siempre y cuando el gobierno les construya otra”, sólo faltándole pedir una nieve de limón. Entre las candidaturas de quienes aspiran a dirigir a los empresarios xalapeños, se vuelven a escuchar las propuestas fantasiosas y nunca sustanciadas de una zona industrial y un centro de convenciones, entre otras. No dicen de dónde van a sacar el agua, de qué espacio se va a disponer y con qué se van a sostener las actividades de esos potenciales elefantes blancos; ¿se acuerdan del armadillo?
Que cada quien diga la ciudad que quiere y lo que hace para lograrla, yo no quiero una grandota, inhabitable, para qué; la prefiero pequeña o mediana, respirable, segura, culta, humana, solidaria, donde se piense en la gente, austera, donde el ciudadano de verdad sea igual ante la ley y tenga las mismas oportunidades.
Recadito: para” ripley”, dice el” trastupijes” que va a protestar no asistiendo al desfile del primero de mayo, donde todo mundo protesta. Cantinflas abrió los ojos en su tumba.
urielfloresaguayo@hotmail.com
Xalapa Enríquez ver 6 de mayo 2011
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