En el marco de la celebración del día nacional de la libertad de expresión, la Dirección General de Comunicación Social de Gobierno del Estado de Veracruz, llevó a cabo unas jornadas de la comunicación, cuyas actividades principales fueron talleres, conferencias y exposiciones fotográficas. Me pareció una acertada iniciativa por lo novedoso y plural. Considero positivo toda actividad que oxigene la vida pública del estado; si, además, se puede tener interlocución con expertos en esos temas, es mucho mejor.
Qué bueno que la titular de esa Dirección tuvo la autonomía y la visión para no caer en el facilismo arcaico de hacer de dichas jornadas un coro monolítico, oficialista y de autocomplacencia. Se nota el oficio y ese tipo de apertura en los organizadores.
Por cuestión de tiempo sólo asistí a dos conferencias, la de Sergio Aguayo, sobre la libertad de expresión, y Federico Arreola, sobre las redes sociales. No necesitan más presentación, son periodistas e investigadores de mucho prestigio; son independientes y críticos, además se destacan por su compromiso social, lo cual los hace mucho más interesantes. Sin menoscabo de los créditos del resto de ponentes la presencia de Aguayo y Arreola hubieran justificado a las jornadas en su totalidad.
De ambas conferencias me gustó el ambiente de libertad y participación creado por ambos ponentes y los presentadores. Es evidente que periodistas como los mencionados cuentan con la credibilidad suficiente para tener tantos seguidores como para llenar el amplio salón donde hicieron su exposición. Aguayo, abordó el antes y el ahora en cuanto a manejos de prensa, señaló avances pero expuso los grandes desafíos que en la libertad de expresión plantea nuestra pin churrienta democracia; Arreola, nos ilustró sobre el protagonismo cada vez más influyente que están jugando las redes sociales, sobre todo el twitter.
Dicho de paso creo que las políticas de comunicación social tanto estatal como municipales en Veracruz se han ido rezagando, casi de pieza de museo, dando un protagonismo a la imagen y al dicho de los funcionarios sin empatarla con la esencia de lo que debe ser la comunicación social. Matices aparte, se ve tradicional, repetitiva y poco trascedente. Creo que los aparatos de comunicaciones tanto estatales como municipales deberían desarrollar estrategias que pongan en el centro de sus acciones al ciudadano, difundiendo lo que sea de interés oficial paro también de la gente. Desde una perspectiva democrática es más importante saber qué piensa la gente que el color de la corbata o el vestido de los funcionarios.
No es consejo, para nada, pero me gustaría un discurso más inteligente, sobrio y realista. Que reconozca aciertos y errores, que de voz al pueblo, que difunda valores y programas y que, sobre todo, estimule la participación crítica e informada de los ciudadanos.
No quisiera ser injusto omitiendo el trato profesional y atento que recibimos los asistentes de parte del equipo de comunicación social. En cualquier detalle, hasta en la calidad del café, se notó la buena organización. Ojalá sigan realizando ese tipo de jornadas, si las hacen que sean con periodistas como Aguayo y Arreola, tal vez agregándole una mayor difusión para que su efecto incida más en la circulación y el debate de las ideas. Por ahora, se ganaron el reconocimiento de propios y extraños y demostraron que, cuando hay voluntad y talento, se pueden hacer bien las cosas.
Recadito: el triunfo de OLLANTA HUMALA es una buena noticia para México y para AMLO.
urielfloresaguayo@hotmail.com
Xalapa Enríquez Ver., a 13 de junio de 2011.
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