LOS PERROS DE LA CALLE
Maricarmen
García Elías
A
principios de mes rondó en los medios de comunicación nacionales, la noticia de
que una jauría de perros había matado a algunas personas en una comunidad
cercana al Distrito Federal. Esta noticia por demás amarillista puso en el
tintero varios matices y opiniones encontradas.
Por
un lado la mayoría de los medios de comunicación le dieron un toque
sensacionalista a la nota, nada sorprendente pero, ¿hasta qué punto es válido esto?. En lo
personal mi perfil académico y profesional es precisamente en Ciencias de la
Comunicación, entre otros estudios, y por supuesto mi formación laboral la
inicié desde los 17 años en los medios de comunicación, y este punto del
amarillismo nunca lo consideré como estilo. Fueron varias las ocasiones que una
nota se prestó para eso pero siempre he estado convencida que debe existir el
profesionalismo y la honestidad hacia el público que es a quien nos debemos y a
quien servimos como periodistas, locutores, fotógrafos o conductores de
televisión.
Hoy,
a mis 32, soy aún más exigente en la veracidad de la información y en la forma
de hacer periodismo tanto cuando leo como cuando escribo, por ejemplo, mis
columnas porque amo mi profesión y la respeto, hay en ella una responsabilidad
importante que es la de ser líderes de opinión. Desafortunadamente sigo observando,
ahora desde otra faceta en el trabajo, estos vicios de algunos periodistas o más
bien seudo periodistas que entrevistan a
la gente de forma agresiva entrometiéndose incluso en aspectos de la vida
privada y acorralándolos de tal manera que declaren lo que ellos quieren que
declaren, dándole a la nota un toque manipulado y poco serio. Quizá sea parte
del juego mediático de uno y otro lado, pero el periodismo es cosa seria. Se
puede ser aguerrido y obtener la nota de ocho columnas pero con
profesionalismo.
En
el caso de la nota de los perros, los encabezados de algunos rotativos y
caricaturas cayeron en lo amarillo y en lo burlesque los siguientes días en que ocurrió el suceso. En
ese punto me sorprendió con agrado la mesura y postura que asumió el Jefe de
Gobierno del DF, Alejandro Mancera, haciendo a un lado las tendencias mediáticas
él se concretó a declarar lo que le constaba y a darle solución al asunto primero
explicando y luego actuando. Como pocos, este político manejó con inteligencia
las cosas, en principio pidió esperar los resultados de las pruebas periciales
para afirmar o negar que los perros hayan sido los causantes de las muertes de
estas personas puesto que era apresurado confirmar las versiones sin testigos
ni elementos suficientes, después dialogó con asociaciones protectoras de
animales y sentaron bases y programas para paliar la situación de los animales
de la calle de una forma civilizada y humana cual ciudad de primer mundo. Lo
anterior hizo que se le diera un vuelco a la historia y por fin se volteó la
mirada a estos animales que pasan una serie de peripecias en las calles
diariamente, desde hambre y frío hasta golpes o accidentes.
Luego
de analizar todo lo anterior, pienso que este asunto deja muchos cabos sueltos
y versiones en claroscuro. Quienes convivimos con nuestras mascotas y hemos
recogido perros callejeros de todos sabores y colores, sabemos que es inverosímil
que un perro asesine a una persona así como así. Tengo amigos que han recogido
perros de raza “brava” como akitas, bulterriers, rotwaillers o pastor alemán y
ni una mordida han sufrido a la hora del rescate menos cuando pasan los días y
los van tratando. Lo que sí sucede es nuestra agresión hacia ellos; acabo de
ver a dos niños de aproximadamente seis años, patear por diversión a un perro
que pasó cerca de ellos sin que éste les hiciera nada, me reportaron también el
caso de un niño drogadicto, de doce años a lo mucho, en Tepito practicando
zoofilia en la vía pública a una perrita callejera indefensa o quién no ha
visto una manada de perros en celo a los que la gente observa con morbosidad,
burlillas, desprecio e incluso les arrojan agua o los acosan, como si a ellos
en el motel les hicieran así, estos ejemplos de abuso animal causan impotencia
y desconcierto. Qué animal no se defiende si lo agreden, pero los perros son
tan nobles que rara vez se defienden por eso resulta increíble que puedan
hacerle daño a alguien.
Un
perro que ataca también evalúa los costos beneficios de ese ataque, normalmente
hay 2 razones, o se sabe superior y defiende sus recursos, o tiene miedo. Hay muchas clases de agresividad y está
presente en toda la naturaleza. Aquí el asunto no es satanizar ni temerles a
los perros callejeros. Sino emprender campañas permanentes de esterilización y
adopción de mascotas y hacer responsables a los dueños irresponsables. El
exterminio no es la solución, como lo demostró Mancera y muchos alcaldes de
ciudades modernas verbigracia Teocelo. Pensar en castigos de esta naturaleza
aplica a delincuentes y a quienes están en las cárceles por cometer asesinatos,
violaciones y demás cosas, y encima mantenidos con nuestros impuestos.
Pero
bueno, el caso de “la jauría asesina” sirve y tiene mucha tela de donde cortar
para medir nuestra educación tanto como padres de familia, como servidores
públicos y como ciudadanos. La educación y el respeto a los animales y al medio
ambiente debe ser algo básico en nuestros hábitos para vivir como una sociedad
moderna y segura. Las leyes de protección a
los animales deben perfeccionarse en cada legislatura y lo más importante: aplicarse con todo el peso de la ley.
1 comentario:
Que bien que una comunicadora pueda hablar con veracida y humanidad al rspecto,en este pais de simulaciones es muy recofortante leer articulos como el suyo,ojala y las verdaderas autoridades pongan fin a los ejemplos de abuso y maltrato que ud.menciona,ya tienen al herramnienta para hacerlos ,como son las leyes los reglamentos etc.solo falta la denuncia cudadana rsponsable,y el seguimiento por parte de quienes cobran por poner en funcionamiento dichas leyes,y sobre todo que NADIE CREA QUE LA SOLUCION A LA PROBLEMATICA ANIMAL ES MATAR gracias!!
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