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21 de octubre de 2013

PSICOCIUDAD


Ventajas y desventajas de un candidato que atraviesa la tercera edad


Daniel Eskibel
Especialista en Psicología Política
La edad de los candidatos suele ser tema de análisis en muchos países.
La primera pregunta siempre es hasta dónde la edad del candidato afecta al comportamiento del elector y al resultado electoral.

El primer punto a aclarar es que hay electores relativamente inmunes a la edad del candidato. Son los que deciden su voto en función de sus convicciones ideológicas, de su identidad político-partidaria o de las posiciones de los candidatos frente a temas que cada elector considera prioritarios.
Pero en sectores que ponen mayor énfasis en la personalidad del candidato, la edad puede llegar a ser relevante. No tanto por sí misma sino por dos factores asociados: las características personales que el votante considera que posee el candidato por tener esa edad, y la mayor o menor distancia generacional que exista entre votante y votado. 
En cuánto a la distancia generacional, el ciudadano tiende a elegir con más facilidad a candidatos en los que vea rasgos de personalidad similares a los suyos. Así existiría una mayor dificultad de voto cuando la brecha generacional es muy grande.
En cuánto a los rasgos psicológicos atribuídos a la edad, un candidato de la tercera edad despierta valoraciones contradictorias. 
Algunas positivas: 
  • puede suponerse que si ha vivido mucho aprendió lo suficiente como para tomar decisiones con sensatez y conocimiento de causa
  • está más libre de tentaciones y desviaciones
  • puede ser más libre para trabajar porque sus apetencias personales son más acotadas
  • como el grueso de su vida está en el pasado, es más fácil examinar su periplo vital a lo largo de muchas décadas.
En cambio, los electores también pueden percibir valoraciones negativas en el candidato de tercera edad: 
  • un candidato con parámetros diferentes en su visión del mundo, anticuado, portador de soluciones viejas para problemas nuevos
  • alguien con menos energía para trabajar
  • un político con menos paciencia, tolerancia y capacidad para visualizar el futuro
  • alguien con más dificultades de atención y memoria
  • un candidato con dificultades para asimilar lo nuevo
  • alguien con contratiempos por enfermedades y preocupaciones ajenas al ámbito político.
Ventajas y desventajas, pues.
Habrá que estudiar en cada caso y en cada elección cómo se balancean unas y otras en la psicología del electorado.
Y los equipos de campaña tendrán que actuar en consecuencia si las ventajas o desventajas están fuertemente instaladas en la ciudadanía.

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