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24 de octubre de 2013

PSICOCIUDAD


7 piedras fundacionales para crear una nueva fuerza política


Por: Daniel Eskibel 
Especialista en Psicología Política
Imagina a uno de nuestros remotos antepasados, allá lejos en la prehistoria.
Míralo.
Está refugiado dentro de una caverna.
Afuera las cosas se pusieron difíciles: una enorme tormenta, frío, lluvia en abundancia, peligros. Todo el sonido y la furia de la naturaleza.

Dentro de la caverna, agachado junto a un montón de ramitas secas, nuestro antepasado tiene dos piedras en sus manos y las frota una contra la otra. Frota y frota. Piedra contra piedra. Una y otra vez hasta que salta una chispa y comienza a encenderse el fuego.
La llamarada naranja crece, crepita y comienza a dar luz y calor. El hombre mira satisfecho las modestas piedras que utilizó: sin ellas no habría fuego.
Y es así. Todo lo nuevo necesita piedras.
Piedras fundacionales.
Elementos que parecen modestos y simples pero que al interactuar producen algo nuevo.
Si vas a crear una nueva fuerza política, también necesitas piedras fundacionales
No serán dos, sino algunas más.
Pero las necesitas.
No alcanza con tu voluntad solita y sola. Tampoco alcanza con cumplir las disposiciones legales vigentes y nada más.
En realidad se necesitan por lo menos las siguientes 7 piedras fundacionales:
  1. Identificar un hueco en el 'mercado' político. Un segmento, un nicho, un sector de la población con demandas insatisfechas por las demás fuerzas políticas. Si no existe esa potencial base social para el nuevo partido o la nueva fracción política, pues no tiene sentido crearla.
  2. Poner en funcionamiento un equipo de gente dispuesta a trabajar por determinadas ideas. Recuerda que nada se construye solo, siempre vas a necesitar de otros de la misma manera que necesitas del oxígeno para respirar. Y lo mejor es que en ese equipo inicial haya alguna persona conocida, ya sea por la política o por su actividad laboral, comercial, educativa, cultural. social, religiosa o deportiva. La nueva fuerza necesitará caras y nombres con los cuales los ciudadanos la identifiquen.
  3. Definir el tema principal dentro del cual se va a mover ese partido o grupo político, así como no más de 3 ideas fuertes que sean la columna vertebral de lo que van a proponer. 1 tema y 3 ideas: no olvides que 'el que mucho abarca poco aprieta'. Si te vas por las ramas en materia de temas e ideas, pues la nueva fuerza va a carecer de identidad clara mismo desde el nacimiento.
  4. Elegir un nombre para el partido o sector. Un nombre simple, fácil de recordar y de repetir, y que no se parezca a los demás que ya están en circulación.
  5. Trabajar con un diseñador gráfico que transforme el nombre del partido en un logotipo atractivo y que sea fácil de reconocer hasta por un niño.
  6. Escribir un breve documento que ponga en negro sobre blanco la estrategia de la nueva organización política. Esa síntesis breve debería incluir una definición realista de los objetivos a cumplir, de los recursos necesarios para ello, de la distribución de los tiempos, de las tareas básicas a realizar y del público al cual se apunta. Dije 'documento breve': no más de 2 páginas.
  7. Informar sobre la existencia del nuevo partido o grupo. ¿A quiénes? A la prensa, a los formadores de opinión, en reuniones y visitas, en las redes sociales. Debe ser una verdadera campaña de lanzamiento, una campaña de comunicación.
Sobre estas piedras construirás tu fuerza 
Recuerda a nuestro antepasado allá en su caverna. El fuego no surge espontáneamente, no surge de la nada. El fuego se produce frotando trabajosamente 2 piedras. Con esfuerzo y paciencia y dedicación.
Una nueva agrupación política surge así. Frotando trabajosamente unas cuántas piedras fundacionales.
El fuego viene después.

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