Somos testigos de las revueltas y movilizaciones populares y juveniles en el mundo, en algunos lugares para derrumbar dictaduras, en otros para cuestionar de raíz al sistema dominante y, en alguno más, como despliegues vandálicos y destructivos. La lista es larga, nutrida con muchos países árabes y europeos, hasta ahora; América latina poco apoco se asoma, Chile y Honduras, a esta ola de inconformidad y protesta social. Si en Francia luchan por el sistema de pensiones, en Grecia contra los recortes y en Inglaterra por un par de tenis, deberíamos estar haciendo las preguntas pertinentes sobre cuáles serán los motivos y las banderas que pronto van a recorrer a México. Se equivocan los que creen que vamos a ser excepción.
Ante ese escenario, próximo e incendiario, en México se está haciendo muy poco o nada, las elites económicas y políticas se comportan como si todo fuera normal, en una repugnante actitud de irresponsabilidad. Entre la violencia y la pobreza que nos abruman los poderes facticos presumen sus ganancias y el control de país, en tanto la clase política inventa informes millonarios, levanta edificios millonarios, fracasa en monumentos millonarios y se prepara para votar dinero en las próximas elecciones.
Además del gasto en sueldos y publicidad que hacen Calderón y sus cuates del gabinete, lo más llamativo de momento son los 16.000.00 millones de pesos que está solicitando el IFE para el proceso electoral del próximo año.
Tenemos políticos abstractos, además de mediocres, cuyo comportamiento cada vez se vuelve más ofensivo para la gente; andan por la vida sonrientes, festivos, mostrando los dientes y diciendo tonterías sin ton ni son como si no pasara nada, como si no se dieran cuenta de que el país está descompuesto y que los observa una sociedad agraviada y resentida. Como dice el filosofo Juan guilla: “no pasa nada hasta que pasa “. Todas las inconformidades y los sufrimientos del pueblo, de los ciudadanos, de los poetas y los periodistas pero sobre todo del México profundo pueden y van a brotar incontenible en los próximos meses, teniendo el escenario estelar, abierto y mediático, en la elección federal del 2012. Es posible que los estrategas de Peña Nieto y la chiquillada del PAN estén apostándole demasiado, a niveles mágicos, a la mercadotecnia, a la ignorancia y al conformismo. Estoy convencido de que se van a llevar una sorpresa que les va a despeinar el copete.
Estamos viviendo una guerra que no pedimos, no votamos y para la que no estábamos preparados. Nos embarcaron Calderón y el gobierno estadunidense, Felipillo para legitimarse y sentirse presidente y los gringos para que les hiciéramos el trabajo sucio. La guerra fracasó, la falta de acuerdos `políticos y la corrupción que domina al aparato publico la hizo fracasar, trayéndonos más descomposición social y miedo. Los jóvenes son las principales víctimas por que son enganchados en el consumo de drogas, porque son reclutados para actividades del narcotráfico o porque simplemente son desaparecidos igual que les han desaparecido la esperanza de una vida mejor.
En Veracruz estamos padeciendo cada vez mayor violencia que no se está respondiendo adecuadamente, por un lado tenemos que los responsables de áreas de seguridad y justicia son políticos con agenda personal y , por otro, que se emiten discursos en los que la sustancia y valor naufragan por las vetustas y jilgueras practicas del apoyo demagógico de los abajo firmantes. Por supuesto que en este terrible problema debe haber unidad en torno a las instituciones y al titular del ejecutivo, pero con seriedad, sin grillas y politiquerías. La gravedad del problema requiere estrategias amplias y serias y estar muy lejos del manoseo y el protagonismo.
En ese contexto en Xalapa se deben prender los focos de alerta, ya que siguen desapareciendo jóvenes y niños, sin que se sepa de acciones gubernamentales serias y efectivas. Algo anda muy mal en nuestra ciudad como para que estén ocurriendo hechos de esa naturaleza. Necesitamos reaccionar urgentemente, crear foros y redes de información y solidaridad, en tanto tocamos fondo y asumimos nuestra crisis moral, baja calidad humana, precaria ciudadanía y nuestro divorcio con la valentía. Es inconcebible que estén desapareciendo los jóvenes xalapeños y la vida de la ciudad siga como si eso estuviera bien y fuera un problema individual. Hagamos algo, no permitamos esas atrocidades, no terminemos como cómplices por omisión.
Recadito: la expulsión de cuatro afiliados del PRD es una gota de agua pura en medio de una bacinica llena de trastupijes.
urielfloresaguayo@hotmail.com
Xalapa Enríquez., Veracruz a 22 agosto del 2011
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