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5 de marzo de 2013

RESTITUCIÓN DEL PODER DEL ESTADO Y CONSOLIDACIÓN DE UN LÍDER



Por: Rodrigo Fabián Lugo Herrera
Especialista en economía y política
Nuestra nación requiere realizar una reflexión a fondo sobre los impactos de los recientes acontecimientos en la vida nacional, registrados hace unos días sobre el arresto de Elba Esther Gordillo Morales, líder vitalicia del SNTE, y quien parecía un actor político “intocable”.

Dentro de quienes integran los factores de poder en el país, existen grupos, sectores o personas interesadas en que no se realicen reformas al marco normativo vigente que puedan alterar las condiciones legales y materiales que modifiquen sus intereses; o por lo menos, que atente en contra de circunstancias que les permiten obtener grandes beneficios, ya sean políticos ó económicos. Por ello, lo sucedido en el caso de EEG resulta un claro mensaje por parte del Presidente para todos ellos.
A decir de muchos comunicadores, el mensaje más claro de todo esto, ha sido la determinación del Presidente de la República para sacar sus reformas estructurales, siendo la educativa una de ellas.
El Presidente Peña ha dejado en claro que su agenda política, definida en el Pacto por México, ha de ser la hoja de ruta que conducirá y dirigirá todos los esfuerzos y trabajos de la presente administración. La reorganización institucional del gobierno desafortunadamente no dará resultados solamente llevando a cabo reformas legales. Se requiere de un importante rediseño en lo que a equilibrios de poderes se refiere.
El gobierno de Enrique Peña intenta ejecutar un nuevo reparto del poder y los recursos públicos. Por ello, la reforma educativa no solamente intenta devolverle al Estado la rectoría de la educación, sino, intenta ir un poco más allá: desea dejar en claro que nuevamente el Presidente de la República vuelve a ser un factor muy importante en la toma de decisiones, sobre todo por lo que hace en definir un rumbo político para el país.
Siendo el Presidente, y su grupo cercano, conocedores del uso del poder, en el Gobierno Federal no están dispuestos a compartir el poder con los llamados poderes facticos. EEG siendo uno de esos poderes facticos, desafió al Presidente al manifestarse en contra de la reforma educativa y  no concediendo el apoyo magisterial al proyecto del presidente.  Este hecho se agrava cuando  a decir de varios comunicadores se empezó a  dar un acuerdo de facto entre EEG y AMLO para que éste obtenga el registro de su partido político, conocido como Morena.
Todo lo anterior deja en claro un mensaje en todo este asunto: no hay nadie por encima del Estado Mexicano. Este mensaje debe ser entendido por todos los agentes económicos, políticos y sociales del país. Era importante mandar ese mensaje después de varios años  en los que permeó entre la opinión pública que había impunidad al momento de impartir justicia, de que resultaba barato delinquir porque la probabilidad de pagar ese delito era bajo.
Finalmente, las razones de EEG para atreverse a dicho enfrentamiento son múltiples. Pero en un ejercicio de síntesis, se puede afirmar que no supo entender que el tablero político se modificó con el triunfo de Enrique Peña. EEG deja la impresión de que creyó poder doblegar al actual  Presidente, tal como lo hizo con los dos anteriores. La motivación se simplifica en la ecuación dinero/poder. Quiso preservar ambos intentando mover sus piezas tal como lo había hecho en el pasado. Ese fue su error.
No pudo darse cuenta de que el escenario político cambio con la elección de Enrique Peña Nieto, quien llega a la primer magistratura con una legitimidad impecable. Su renuencia a justarse a las nuevas reglas del juego, la han llevado a servir como un ejemplo de poder por parte del Presidente de la República. Este hecho es un acto de poder para fortalecer el nuevo rostro del presidencialismo, pero basado ahora en la ley, no en favores, tal como se dispensó en el pasado.
Tal ha sido el éxito del Presidente con esta acción, que los resultados esperados no parecen muy difíciles de alcanzar: fortalecer las crecientes expectativas que sobre esta administración se tienen por parte de muchos agentes políticos, económicos y sociales.
Además, se fortalece la imagen de liderazgo fuerte que desde antes de la campaña ha ido diseñando Enrique Peña Nieto. Finalmente, cabe traer a la mente lo señalado por el politólogo alemán Juan Linz, quien subrayó la importancia de la voluntad de los líderes en la consecución de acuerdos, cuando afirmó sobre la España postfranquista, que “la cultura política la tienen que construir no exclusivamente, pero sí en grandísima medida, los líderes”.
RFLH

2 comentarios:

Adolfo Verduzco dijo...

Y sobre todo, se debe reforzar la idea de que existe la necesidad de fortalecer a la autoridad en nuestro país. Muy bien! comentario pertinente.

Adolfo Verduzco

Anónimo dijo...

Lo mas seguro que los precandidatos del tricolor por una bicoca dejen el espacio al tal mollinero como si se tratara de un "salvador", no sean agachones, únanse y ya es hora de que entonen la "unidad" que todos pregonan... acuérdense del Paez que no se vendió con fidel duando le arrebató la candidatura. Le dijo que el candidato que puso no iva a ganar, y así fué... Unanse!

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