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8 de agosto de 2013

¿QUÉ RELACIÓN PUEDE TENER LA REFORMA ENERGÉTICA EN LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA NACIONAL?

Por: Rodrigo Lugo Herrera 
Los recientes resultados económicos dados a conocer por la SHyCP y el Banco de México dejan poco lugar a dudas. La economía nacional esta en franca desaceleración. Durante el segundo trimestre del año ésta mostró signos de debilidad, como resultado de una considerable desaceleración tanto de las exportaciones como del gasto interno.

En su informe de política monetaria, el Banxico señaló que los riesgos a la baja para la actividad económica se han elevado “a la luz de la rapidez y profundidad con la que se ha dado la  desaceleración de la economía”.
Banxico percibe un ambiente de desaceleración global, pues la prometida recuperación no se ha consolidado en los EUA, la eurozona permanece débil y las economías de Asía crecen a ritmos menores de lo mostrado recientemente. Asimismo, el banco central espera que para el segundo semestre del año, se presente un crecimiento más robusto en el país, como resultado de que  los EUA contribuyan a incrementar la demanda de productos mexicanos; a una mayor capacidad de producción en el sector automotriz conforme las nuevas plantas empiecen a operar a finales de 2013 para atender una demanda mas vigorosa en EUA y finalmente, a un gasto público más vigoroso.
Éste último punto es una variable que no podrá ser debidamente determinada con exactitud en tanto  no se resuelva el asunto de la tan esperada reforma energética. ¿Por qué?
La respuesta a ésta pregunta no es simple, pero sí se puede trazar un mapa general que ayude a entender la importancia del impacto de la reforma energética en las finanzas públicas y consecuentemente en la recuperación económica. En principio, se debe tener en cuenta que los ingresos petroleros representan poco más del 30% de los ingresos del Gobierno Federal.
Además, cabe señalar que la política tributaria  ha jugado un papel fundamental para sentar las bases de lo que hasta hoy constituye la estabilidad macroeconómica de México, puesto que ha promovido un financiamiento sano del gasto público y ha impulsado inversión, ahorro y crecimiento económico. Ello, omitiendo por un momento el considerable incremento que en la deuda pública se produjo en el sexenio pasado.
El conjunto de modificaciones hechas al marco tributario entre 1982 y 2004, así como la reforma tributaria de 2009, han mantenido su orientación principal con algunas variaciones en tiempo e intensidad. No obstante la relativa estabilidad macroeconómica del país, éste posee una menor recaudación en relación con  países latinoamericanos y es el de menor captación entre los países integrantes de la OCDE.  Desafortunadamente, por razones políticas no se ha logrado implementar una política fiscal integral que logre aumentar la carga fiscal. De 1988 a 2003 la misma pasó de 8.5% del PIB  a 10.0% del PIB.
De acuerdo con la Cuenta Pública de la Hacienda Pública Federal, los ingresos presupuestarios del Gobierno Federal se pueden clasificar en: 1) tributarios (impuestos directos e indirectos) y no tributarios; 2) ingresos petroleros y no petroleros; y 3) ingresos del gobierno federal e ingresos del Sector Paraestatal. Actualmente, la mayor fuente de ingresos del Gobierno Federal, son aquellos vinculados con la actividad petrolera (una tercera parte de los mismos).
De acuerdo con el Código Fiscal de la Federación, los Derechos son aquellas contribuciones establecidas en la ley por los servicios que presta el Estado en sus funciones de derecho público, así como por el uso o aprovechamiento de los bienes del dominio público de la nación. De acuerdo con el maestro Juan Amieva-Huerta, podemos encontrar tres hechos clave en la evolución de los derechos: 1) de 1976 a 1981 se eleva la participación de éstos de 2 a 22% como consecuencia de la creación de la Dirección General de Política de Ingresos  en la SHyCP; 2) se promulgó la Ley Federal de Derechos y 3) exigencia a PEMEX  del pago de derecho por la explotación de hidrocarburos, el cual sustituyó al impuesto sobre exportaciones de crudo.
Los ingresos petroleros agrupan los propios de PEMEX, las contribuciones por hidrocarburos al Gobierno Federal, el impuesto especial sobre gasolinas  y diesel, el impuesto al valor agregado sobre hidrocarburos y el impuesto a las importaciones que paga PEMEX. Dichos recursos están estrechamente vinculados al comportamiento del precio internacional del petróleo, lo cual ocasiona un cierto grado de incertidumbre y, por ende, de vulnerabilidad en el Presupuesto de Egresos.
Estas consideraciones técnicas, permiten vislumbrar la importancia que los ingresos petroleros representan para las finanzas públicas. Este es un mapa claro para entender la importancia de
una reforma a PEMEX y su  impacto en las finanzas públicas. Sin embargo, éste marco tributario es el mismo que ha colocado en una situación de clara desventaja a la empresa petrolera mexicana en relación a otras empresas petroleras, porque no se le permite realizar reinversiones en áreas clave, ni realizar actualizaciones en bienes de capital.
De confirmarse la concreción de una reforma energética que permita la participación de capital privado en algunas de las operaciones de PEMEX, se prevé incrementar a 3.4 millones de barriles diarios la producción de petróleo, lo cual generaría ingresos extra al erario público por 280 mil millones de pesos anuales, según prevén algunos analistas.
Este eventual incremento de recursos  permitiría al gobierno activar programas, como la Seguridad Social Universal, cuya puesta en marcha fortalecería el mercado interno, con un consecuente incremento en la creación de empleos. Estas acciones fortalecerán la actividad económica.
No sólo se deben tomar en consideración elementos ideológicos a éste debate; también deben estar presentes consideraciones  de orden técnico para que se lleve a cabo una reforma que resulte funcional al aparato productivo mexicano. Solamente así podremos consolidar expectativas más favorables para la actividad económica en  nuestro país.
No se debe olvidar, que una de las funciones básicas de cualquier estado moderno, es ver por el futuro de las mayorías, y no sólo del presente, sino también, de las generaciones futuras. 

3 comentarios:

Fidel Suarez dijo...

No esta mal el análisis. solamente le falta agregar la vinculación del tema petrolero con el elevado nivel de deuda que se creo en los últimos 6 años.
Fidel Suárez.

Anónimo dijo...

pues la desaceleracion económica va a requerir algo mas que más dinero del presupuesto. Creo que se debe considerar seriamente hacer un verdadero proyecto de desarrollo integral. Buena nota.
Horacio Flores

Anónimo dijo...

pues a mi manera de ver las cosas sin mas ni menos es mas facil acabar con pemex que con la bola de politicos,tranzas y corruptos,en venezuela la gasolina es mas barata que una botella de agua en mexico ,aqui en mexico los gasolinazos de cada mes,no llenamos a nuestros gobernantes sus bolsillos

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