Los recientes resultados económicos dados a conocer por la SHyCP y el Banco de México dejan poco lugar a dudas. La economía nacional esta en franca desaceleración. Durante el segundo trimestre del año ésta mostró signos de debilidad, como resultado de una considerable desaceleración tanto de las exportaciones como del gasto interno.
En su informe de política
monetaria, el Banxico señaló que los riesgos a la baja para la actividad
económica se han elevado “a la luz de la rapidez y profundidad con la que se ha
dado la desaceleración de la economía”.
Banxico percibe un ambiente de
desaceleración global, pues la prometida recuperación no se ha consolidado en
los EUA, la eurozona permanece débil y las economías de Asía crecen a ritmos
menores de lo mostrado recientemente. Asimismo, el banco central espera que
para el segundo semestre del año, se presente un crecimiento más robusto en el
país, como resultado de que los EUA
contribuyan a incrementar la demanda de productos mexicanos; a una mayor
capacidad de producción en el sector automotriz conforme las nuevas plantas
empiecen a operar a finales de 2013 para atender una demanda mas vigorosa en
EUA y finalmente, a un gasto público más vigoroso.
Éste último punto es una variable
que no podrá ser debidamente determinada con exactitud en tanto no se resuelva el asunto de la tan esperada
reforma energética. ¿Por qué?
La respuesta a ésta pregunta no
es simple, pero sí se puede trazar un mapa general que ayude a entender la
importancia del impacto de la reforma energética en las finanzas públicas y
consecuentemente en la recuperación económica. En principio, se debe tener en
cuenta que los ingresos petroleros representan poco más del 30% de los ingresos
del Gobierno Federal.
Además, cabe señalar que la
política tributaria ha jugado un papel
fundamental para sentar las bases de lo que hasta hoy constituye la estabilidad
macroeconómica de México, puesto que ha promovido un financiamiento sano del
gasto público y ha impulsado inversión, ahorro y crecimiento económico. Ello,
omitiendo por un momento el considerable incremento que en la deuda pública se
produjo en el sexenio pasado.
El conjunto de modificaciones
hechas al marco tributario entre 1982 y 2004, así como la reforma tributaria de
2009, han mantenido su orientación principal con algunas variaciones en tiempo
e intensidad. No obstante la relativa estabilidad macroeconómica del país, éste
posee una menor recaudación en relación con
países latinoamericanos y es el de menor captación entre los países
integrantes de la OCDE. Desafortunadamente,
por razones políticas no se ha logrado implementar una política fiscal integral
que logre aumentar la carga fiscal. De 1988 a 2003 la misma pasó de 8.5% del
PIB a 10.0% del PIB.
De acuerdo con la Cuenta Pública
de la Hacienda Pública Federal, los ingresos presupuestarios del Gobierno
Federal se pueden clasificar en: 1) tributarios (impuestos directos e
indirectos) y no tributarios; 2) ingresos petroleros y no petroleros; y 3)
ingresos del gobierno federal e ingresos del Sector Paraestatal. Actualmente,
la mayor fuente de ingresos del Gobierno Federal, son aquellos vinculados con
la actividad petrolera (una tercera parte de los mismos).
De acuerdo con el Código Fiscal
de la Federación, los Derechos son aquellas contribuciones establecidas en la
ley por los servicios que presta el Estado en sus funciones de derecho público,
así como por el uso o aprovechamiento de los bienes del dominio público de la
nación. De acuerdo con el maestro Juan Amieva-Huerta, podemos encontrar tres
hechos clave en la evolución de los derechos: 1) de 1976 a 1981 se eleva la
participación de éstos de 2 a 22% como consecuencia de la creación de la
Dirección General de Política de Ingresos
en la SHyCP; 2) se promulgó la Ley Federal de Derechos y 3) exigencia a
PEMEX del pago de derecho por la
explotación de hidrocarburos, el cual sustituyó al impuesto sobre exportaciones
de crudo.
Los ingresos petroleros agrupan
los propios de PEMEX, las contribuciones por hidrocarburos al Gobierno Federal,
el impuesto especial sobre gasolinas y
diesel, el impuesto al valor agregado sobre hidrocarburos y el impuesto a las
importaciones que paga PEMEX. Dichos recursos están estrechamente vinculados al
comportamiento del precio internacional del petróleo, lo cual ocasiona un
cierto grado de incertidumbre y, por ende, de vulnerabilidad en el Presupuesto
de Egresos.
Estas consideraciones técnicas,
permiten vislumbrar la importancia que los ingresos petroleros representan para
las finanzas públicas. Este es un mapa claro para entender la importancia de
una reforma a PEMEX y su impacto en las finanzas públicas. Sin embargo, éste marco tributario es el mismo que ha colocado en una situación de clara desventaja a la empresa petrolera mexicana en relación a otras empresas petroleras, porque no se le permite realizar reinversiones en áreas clave, ni realizar actualizaciones en bienes de capital.
una reforma a PEMEX y su impacto en las finanzas públicas. Sin embargo, éste marco tributario es el mismo que ha colocado en una situación de clara desventaja a la empresa petrolera mexicana en relación a otras empresas petroleras, porque no se le permite realizar reinversiones en áreas clave, ni realizar actualizaciones en bienes de capital.
De confirmarse la concreción de
una reforma energética que permita la participación de capital privado en
algunas de las operaciones de PEMEX, se prevé incrementar a 3.4 millones de
barriles diarios la producción de petróleo, lo cual generaría ingresos extra al
erario público por 280 mil millones de pesos anuales, según prevén algunos
analistas.
Este eventual incremento de
recursos permitiría al gobierno activar
programas, como la Seguridad Social Universal, cuya puesta en marcha
fortalecería el mercado interno, con un consecuente incremento en la creación
de empleos. Estas acciones fortalecerán la actividad económica.
No sólo se deben tomar en
consideración elementos ideológicos a éste debate; también deben estar
presentes consideraciones de orden
técnico para que se lleve a cabo una reforma que resulte funcional al aparato
productivo mexicano. Solamente así podremos consolidar expectativas más
favorables para la actividad económica en
nuestro país.
No se debe olvidar, que una de
las funciones básicas de cualquier estado moderno, es ver por el futuro de las
mayorías, y no sólo del presente, sino también, de las generaciones futuras.
3 comentarios:
No esta mal el análisis. solamente le falta agregar la vinculación del tema petrolero con el elevado nivel de deuda que se creo en los últimos 6 años.
Fidel Suárez.
pues la desaceleracion económica va a requerir algo mas que más dinero del presupuesto. Creo que se debe considerar seriamente hacer un verdadero proyecto de desarrollo integral. Buena nota.
Horacio Flores
pues a mi manera de ver las cosas sin mas ni menos es mas facil acabar con pemex que con la bola de politicos,tranzas y corruptos,en venezuela la gasolina es mas barata que una botella de agua en mexico ,aqui en mexico los gasolinazos de cada mes,no llenamos a nuestros gobernantes sus bolsillos
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